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  • 11.Mar
  • Drenaje Povera
  • Donde antes había un talud inestable, este modesto proyecto demuestra cómo la Infraestructura Verde es capaz de mejorar el medio ambiente urbano.

Madera modificada para exteriores

(No tan) nuevos tratamientos que aumentan la durabilidad de la madera y permiten su uso en exteriores.

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Durante años, nos hemos hartado de ver traviesas de ferrocarril en muchos proyectos de paisajismo. Esto es porque su madera tiene un buen comportamiento a la intemperie y, por qué no decirlo, las traviesas recicladas daban un cierto aire post-industrial y pseudo-ecológico a los proyectos en un momento en que se estaban sustituyendo masivamente por otras de hormigón.

Madera creosotada. Traviesas

¿Quién puede resistirse al robusto y decadente encanto de las traviesas de ferrocarril? Foto: Haddhar.

La durabilidad de esta madera se debe a la creosota, un compuesto químico biocida con que se impregna la madera y que la protege del ataque de hongos, insectos xilófagos y otros. Por desgracia, es una sustancia potencialmente cancerígena, y contaminante si no se destruye adecuadamente después de su vida útil, por lo que en la actualidad su uso está prohibido en zonas verdes, recreativas, deportivas, etc.

Frente a los tratamientos para proteger las piezas que emplean biocidas, recientemente están emergiendo otros tratamientos que modifican sustancialmente la composición de la madera. Decimos emergiendo, porque algunos de ellos tienen años de existencia, pero sólo en tiempos recientes se ha conseguido rentabilizar su producción. La clave de este proceso para alcanzar la llamada madera modificada es el empleo de un agente biológico o físico que altera alguna de sus características y aumenta su vida útil. Estos son algunos de los tipos que existen:

Madera termotratada

La madera termotratada es el resultado de someterla a un tratamiento con temperaturas entre los 180 y 260 ºC en una atmósfera inerte o con un bajo contenido en oxígeno, sin el empleo de productos químicos. Como resultado, la madera adquiere una tonalidad más oscura, similar a la de algunas maderas tropicales, y se mejora su resistencia a los hongos hasta clase 2 (la segunda mejor clase). Disminuyen la hinchazón y la merma de la madera con los cambios de humedad y aumenta su durabilidad natural. En cambio, disminuyen su densidad y sus propiedades mecánicas. Más información aquí.

Madera termotratada

El termotratamiento se puede aplicar a coníferas como el pino de Valsaín o la pícea y a frondosas como el chopo y el abedul. Foto: Lunawood.

Madera carbonizada

Es la versión menos tecnológica de la madera termotratada. En realidad se trata de un proceso muy antiguo, con tradición en Japón y Escandinavia que consiste en quemar la superficie de la madera en una hoguera o con un soplete. Posteriormente se enfría con agua y se le aplica un aceite protector. Más información aquí.

Madera carbonizada. Raven Row - 6a Architects.

El estudio 6a Architects ha recuperado recientemente el uso de madera carbonizada en su proyecto de Raven Row, en Londres.

En este vídeo, podréis ver una obra del arquitecto japonés Terunobu Fujimori, que suele emplear madera carbonizada en sus proyectos (carbonización de la madera a partir del minuto 2:44).




Madera acetilada

Se perfila uno de los tratamientos más prometedores. Uno de los inconvenientes de la madera natural son los grupos hidróxilo libres que contiene. Estos absorben y liberan agua en función de la humedad ambiental, haciendo que la madera se dilate o contraiga y que, a la larga, se descomponga.
La acetilación es una reacción química que transforma los grupos hidróxilo en grupos acetilo mediante un tratamiento realizado en autoclave que impregna la madera con anhídrido acético, generando ácido acético (vinagre) que puede ser reciclado en el propio proceso. Esto reduce la capacidad de las paredes celulares de la madera para absorber el agua en aproximadamente un 80%, lo que mejora la estabilidad dimensional de la madera.

Madera acetilada. Puente de Moisés - Ro&Ad architecten

El Puente de Moisés, de Ro&Ad architecten, que ya os contamos aquí, emplea madera acetilada para su construcción.

Lo más interesante es que la acetilación no altera sustancialmente el aspecto de la madera y afecta a todo su espesor, por lo que una pieza tratada y posteriormente cortada en obra no precisaría un nuevo tratamiento protector. Mejora también la resistencia frente a hongos, alcanzando la máxima calidad (clase 1), y a xilófagos. Es adecuado para ambientes húmedos, incluso sumergida, excepto en agua salada marina. Algunas de las maderas disponibles son pino de Monterrey y aliso. Más información aquí.


Madera furfurilada

La madera se impregna con alcohol furfurílico, que se obtiene del furfural, un subproducto del procesado de productos agrícolas como el maíz o la caña de azúcar. Posteriormente sufre un proceso de curado y secado. Mejora considerablemente su comportamiento frente a los cambios de humedad e incrementa su densidad y dureza. Las propiedades mecánicas tienden a mejorar a excepción de la resistencia al impacto. Puede alcanzar la máxima durabilidad frente a pudrición por hongos.

Madera furfurilada. Kebony

Con la furfurilación, el color de la madera se oscurece. Si no se trata su superficie regularmente, adquiere la típica pátina gris después de un tiempo de exposición a los rayos ultravioletas del sol, sin que el resto de sus propiedades se vean alteradas. Foto: Kebony.

Algunas de las maderas con este tratamiento son pino de Monterrey, pino de Valsaín, pino amarillo del sur (varias especies) y arce.

De la impropiamente llamada madera tecnológica, estrictamente un compuesto de plástico y madera, hablaremos en otra ocasión por sus interesantes características.

Para más información te recomendamos estos enlaces:

Teoría de construcción
Madera modificada: nuevas posibilidades constructivas en madera. Manuel C. Touza Vázquez.

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